
Hace unos días escuché en Internet una expresión, que pienso que define muy bien cómo nos sentimos muchas personas. La expresión es en inglés y su traducción al castellano suena diferente por lo que voy a usarla tal cual: "pandemic fine". Con esta expresión se define, como decía, la forma en que muchas personas se están sintiendo a lo largo de los últimos meses.
Este último año ha cambiado mucho nuestras vidas, hay quienes han perdido a seres queridos, hay quienes han padecido la COVID con síntomas complicados o que incluso tienen secuelas, algunos han perdido sus trabajos o han visto reducidos sus sueldos a niveles que les ha supuesto un problema económico grave, etc. Estas personas obviamente han experimentado un impacto emocional importante ya que no estábamos preparados psicológicamente para todo lo ha supuesto (y sigue suponiendo) la pandemia. Sin embargo, hay otra parte de la población que no ha tenido que vivir la parte más dura de esta situación; no han perdido a nadie, ni ellos ni sus seres queridos han sufrido la enfermedad (o si lo han hecho ha sido con síntomas leves), han podido seguir trabajando o al menos su situación económica les permite seguir con sus vidas sin hacer grandes cambios, etc. Viendo cómo ha evolucionado la pandemia y los casos graves y fallecimientos que ha habido parece que esta otra parte de la población "debería" estar agradecida y "no deberían" quejarse.
Quizá estas personas no hayan tenido que vivir la parte más cruel y difícil de toda esta situación pero también han perdido cosas y esto también tiene un impacto emocional. Creo que es importante que valoremos y validemos el sufrimiento que han padecido y padecen también estas personas. Hay muchas de estas personas que piensan que no pueden estar mal porque hay gente que esta viviendo situaciones muy difíciles. Sin embargo, el hecho de que otro sienta dolor por su situación no hace que cuando uno mismo está viviendo una situación que le genera dolor (aunque la valore como menos importante o grave), no tenga derecho a estar mal, expresar sus emociones y recibir ayuda o apoyo emocional de su entorno o de un profesional si es necesario.

Impacto psicológico del Covid
Cada uno de nosotros tenemos una historia personal y unas vivencias que influyen en cómo nos sentimos en diferentes situaciones y por ello una misma situación no va a generar el mismo impacto emocional en unas personas que en otras; y cualquiera que sea la reacción emocional que tengamos está bien y tenemos que permitirnos sentir. Como psicóloga de emergencias he aprendido mucho sobre las situaciones de crisis (sean puntuales o mantenidas en el tiempo) y lo primero de lo que tenemos que ser conscientes es que todas estas experiencias emocionales son válidas ya que son reacciones normales ante una situación que no es normal. Por eso es bueno que podamos expresarnos y sentir y que podamos compartirlo con otras personas sin sentir culpa ni vergüenza y sin sentirnos menos válidos por ello.
Hay muchas personas que bien por su forma de ser, por sus creencias personal o por su profesión consideran que "tienen" que ser capaces de manejar esta situación y sentirse bien, que "deben" saber afrontarla. Sin embargo, como decía, por mucha experiencia que tengamos, aunque seamos emocionalmente fuertes o aunque nos hayamos formado para ayudar y apoyar a los demás, seguimos siendo personas. Como personas la situación que estamos viviendo nos afecta y provoca ciertas reacciones emocionales. Algunas de estas emociones serán agradables, otras no y además su intensidad será diferente por lo que algunas podremos gestionarlas bien y otras no tanto. En cualquier caso, tenemos derecho a sentirnos mal y recurrir a otros para manejarlo o para compartir cómo nos sentimos de forma libre.
Es importante que nos demos permiso para estar mal, trabajemos en ello y pidamos ayuda si es necesario. Y tú, ¿tienes problemas para gestionar el impacto psicológico de la pandemia?