
Este término hace referencia a aquellas familias en las que uno o ambos miembros la actual pareja tienen uno o varios hijos. Hoy en día esto ocurre relativamente a menudo ya que cada vez más parejas deciden separarse cuando no funciona la relación, tengan o no hijos.
El inicio de una familia reconstituida suele ser difícil ya que todos los miembros que la forman deben adaptarse a la situación. Habitualmente esta adaptación suele resultar más difícil para los hijos ya que el padre o madre sí ha podido elegir a la persona con la que formar esa familia y los hijos deben aceptar una nueva figura.
Esta adaptación al principio suele ser complicada ya que aunque la pareja tenga una buena relación no suele ser tan fácil con los hijos de sus pareja. Los hijos suelen tender a rebelarse contra el padrastro o madrastra, no obedeciendo a lo que esta persona les dice, diciendo que no puede mandarle ya que no es su padre o madre, etc. Si los dos miembros de la pareja actual tienen hijos puede ser beneficioso para la adaptación dependiendo de las edades de los niños y de su actitud frente a la nueva situación. Otras veces, lo que genera es más complicaciones.
Por todo esto, y porque para la pareja también resulta muy difícil llevar esta situación, lo mejor es ir dando pequeños pasos para que todos los miembros puedan adaptarse. Cuando la relación se convierte en algo serio y la pareja se plantea convivir, casarse o avanzar de alguna manera en la relación, lo ideal sería esperar un poco e ir ayudando a los hijos a hacerse a la idea. Es decir, cuando la pareja llegue a ese punto sería el momento de explicar a los niños que su padre o madre ahora está con otra persona, que esa persona le hace feliz y que quiere conocerles a ellos también. Es muy importante hablarles de forma que puedan entender la situación ya que si los niños son capaces de comprender la razón les resulta más fácil aceptar la nueva situación. Después, antes de convivir sería bueno para todos que de vez en cuando se juntasen todos los miembros de la futura familia para que los niños puedan conocer a la pareja, y en su caso a sus hijos. A partir de este punto, habría que ir avanzando en función de la adaptación que consigan los miembros de la familia, si apareciese algún problema con alguno de sus miembros lo recomendable es solucionarlo antes de dar ningún paso más.
A pesar de que toda esta adaptación vaya bien, cuando la familia conviva hay que seguir adaptándose a los cambios, ya que al igual que una pareja que no tiene hijos tiene que llegar a acuerdos una vez se van a vivir juntos, lo mismo tiene que hacer una familia reconstituida. Es muy importante la comunicación, establecer una serie de normas que han de cumplirse y para que no haya problemas futuros establecer los roles y quién puede tomar qué decisiones.