
Los cambios de estación pueden afectar a nuestro estado de ánimo, tanto cuando hace excesivo calor como cuando tenemos días mucho frío o lluvia. Las olas de calor que hemos tenido este verano y el cambio ahora hacia el frío y las lluvias pueden afectarnos; por ello hoy quiero hablaros de ello. Con este post retomamos un tema que ya comentamos en post anteriores sobre la vuelta a la rutina y el síndrome postvacacional.
Para empezar es importante recordar que no a todos nos afecta de la misma manera ni con la misma intensidad estas temperaturas y los cambios en el tiempo y en las estaciones, pero probablemente de una u otra manera habéis notado algunos cambios cuando nos encontramos en estas circunstancias. Os voy a ir contando a lo largo de este post las posibles situaciones que nos pueden ocurrir tanto con el tiempo como con el cambio de estación.
Ahora mismo estamos dejando atrás el verano, los días de calor, sol y luz durante muchas horas para pasar a días con temperaturas más bajas, lluvia y menos horas de luz. La temperatura nos puede llevar a evitar algunas actividades en el exterior (tanto por exceso de calor como por frío) ya que debido a ella nos sentimos mejor en nuestras casas. Por otro lado, y dado que en verano muchas personas tienen reducción de jornada o se van de vacaciones, el sol nos invita a estar más activos en todos los aspectos de nuestra vida. Sin embargo, cuando vemos un tiempo inestable con nubes o probabilidad de lluvias tenemos una mayor tendencia a posponer o cancelar planes. Además, las horas de luz también pueden influirnos ya que nuestro cuerpo tiene unos ritmos biológicos (los ritmos circadianos) que hacen que mental y físicamente reaccionemos a la luz; cuando hay luz del día tenemos el mensaje "hay que estar despierto" y cuando oscurece el mensaje cambia a "hay que dormir". Esto sería una simplificación bastante general del funcionamiento, pero nos lleva a ver que el estar cansados a horas que quizá en verano no lo estuviéramos tiene un componente biológico.

Como os decía, además de todo lo relativo al clima de cada estación, creamos asociaciones mentales para ellas. Si pensamos en "verano" lo que suele venirnos a la cabeza son las vacaciones, buen tiempo, actividades al aire libre o más tiempo para nosotros; si por otro lado pensamos en "invierno" esta relación se establece con el frío, estar en casa, más horas de trabajo, lluvia, etc. Y como todas las imágenes mentales nos evocan diferentes pensamientos y emociones, que pueden ser agradables o desagradables, que es lo que al final acabamos relacionando con la estación del año.
Por eso, hoy queremos invitaros a todos los que estéis con el ánimo más bajo debido a este cambio de estación a buscar actividades y momentos agradables: ir a tomar un chocolate con churros con los amigos, pasear por la ciudad viendo los cambios que se producen, ir a los puestos de castañas, etc. Esperamos que de esta forma podáis cambiar poco a poco vuestra forma de percibir las estaciones y no las asociéis tanto a buenas y malas.