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Relajación

En verano con el buen tiempo solemos estar de mejor humor, más dispuestos a realizar actividades de ocio, a hacer alguna escapada y nos preocupan menos nuestros problemas. Esto, por supuesto, no es aplicable a todos ya que hay quienes en verano es cuando más trabajo tienen y mayor nivel de estrés experimentan debido a esa carga de trabajo. Sin embargo, para aquellos que han disfrutado de unos meses más ociosos el fin del verano marca el inicio de un nuevo ciclo en el que aumentan las responsabilidades y con ellas el estrés.

Por ello, hoy quería explicaros una técnica de relajación llamada «respiración profunda». Esta técnica solo es un primer paso para que nuestro cuerpo aprenda a relajarse y poder superar esos momentos de estrés. Es importante tener en cuenta que enseñar a nuestro cuerpo a relajarse lleva tiempo y hay que ser constantes con los ejercicios, aunque son ejercicios sencillos y breves.

Para llevar a cabo la respiración profunda en primer lugar debemos llevar ropa cómoda y encontrar un lugar tranquilo (sin ruidos, sin interrupciones, etc.) y que haya un lugar en el que os podáis tumbar o sentar en una posición relajada. Una vez tengamos ese lugar debemos elegir un momento en que estemos tranquilos. Esto es muy importante porque el cuerpo necesita un tiempo para lograr la relajación y es muy difícil hacerlo si empezamos a practicar cuando estamos tensos. Además, como ya os he dicho lo mejor es hacerlo diariamente hasta que acostumbréis al cuerpo. El ejercicio es el siguiente:

En primer lugar vamos a dirigir la atención a la zona del abdomen, vamos a hacer una respiración poniendo las manos sobre él para percibirlo mejor. Cuando inspiramos se hincha el abdomen, tenemos que llevar el aire a esa zona y cuando espiramos se vacía. Al principio puede resultar un poco difícil porque no estamos acostumbrados a respirar de esta manera. Se hacen 5 respiraciones abdominales.

Ahora vamos a hacer una respiración media poniendo  las manos a la mitad del tórax, en los costados. En este tipo de respiración el tórax se expande, notamos cómo las costillas se abren al inspiran y se contraen al espirar. También haremos 5 respiraciones medias.

Tras esta respiración pasamos a la respiración superior, poniendo las manos sobre las clavículas e intentando coger aire con la parte superior de los pulmones de forma lenta. No hay que coger demasiado aire, pero sí hay que concentrarse para hacerlo de manera adecuada. Igual que antes realizamos 5 respiraciones de esta forma.

Por último, se hace una respiración total, cogiendo el aire desde el abdomen, la parte central y la superior y echándolo lentamente desde la parte superior, media e inferior. Al expulsar el aire nos decimos mentalmente «relax» para que poco a poco esa palabra se condicione y nos ayude. Realizamos 5 respiraciones totales y cuando terminamos volvemos a nuestra respiración normal, vamos moviendo poco a poco los brazos y piernas para desentumecerlos y os incorporáis lentamente.

Este sería el ejercicio, es bastante breve aunque necesita trabajo para poder realizarlo correctamente y hay que ser constantes como ya os he dicho para que nuestro cuerpo aprenda a relajarse adecuadamente. Espero que lo practiquéis y contactéis con nosotros para decirnos cómo os ha ido o si tenéis alguna duda.