
Cada día gracias a la tecnología nuestras formas de comunicación se amplían: podemos hablar por teléfono, escribir y recibir mensajes de texto, comunicarnos por diferentes redes sociales, etc. y todo ello desde cualquier lugar y en cualquier momento, por lo que nuestra comunicación mejora ¿o no?
La verdad es que cada vez tenemos más formas de comunicarnos, pero creo que realmente nos comunicamos cada vez menos y peor. Hay muchas personas que viven más en internet que sus vidas reales, quienes estando con sus amigos en un bar no despegan la pantalla del móvil o quienes hacen toda su vida pública a través de las redes sociales.
Hoy en día desde muy pequeños los niños tienen móviles y no un simple teléfono que permita a los padres poder localizarlos si es necesario o a los niños llamar a sus padres si tienen algún problema, llevan teléfonos inteligentes o «smartphones» que están conectados a internet y tienen toda una serie de servicios que no son imprescindibles para un niño pequeño. Los niños deberían relacionarse entre sí a través de juegos creativos no de las aplicaciones que ofrece un smartphone. Los juegos tradicionales de los niños fomentan el aprendizaje, les enseñan a relacionarse con los demás y les proporcionan un medio de ser creativos. Todo esto es muy importante en los niños, pero también a los adolescentes y a los adultos nos beneficia no estar constantemente pegados a nuestros móviles. Muchos adolescentes, al no ser capaces de dejar de lado las redes sociales, se desconcentran cuando están estudiando, no prestan atención suficiente a las clases, etc. Y en cuanto a los adultos creo que se resiente nuestra capacidad de comunicarnos adecuadamente con los demás, no sabemos muy bien cómo enfrentarnos a ciertas situaciones en la vida real.
Creo que, como en todo, en su medida adecuada las nuevas formas de comunicación nos harían tener una mejor comunicación porque nos facilita el contacto con los demás, podemos hablar con otros, enviarles fotos, videos, audio, documentos, y muchas más cosas. Todo esto es muy útil, no sólo para nuestras relaciones personales sino también en el ámbito laboral. Sin embargo, es importante que seamos conscientes del uso que le damos a nuestro smartphone.
Así que por un día, dejad a un lado vuestro móvil, salid con amigos, quedad con vuestra pareja, haced alguna actividad que os guste o pasad un día en familia. Disfrutad de un día sin preocuparos por el móvil.