
La semana pasada publicamos el primer post sobre el «síndrome postvacacional» para dar una breve explicación sobre ello. Hoy, queremos cerrar este tema continuando y finalizando los aspectos que no abordamos en el anterior. La semana pasada hicimos una pequeña introducción y hablamos sobre su valoración, quiénes o qué situaciones hacen más probable que lo padezcan y cómo afecta a las personas adultas.
Sin embargo, no solo los adultos (trabajadores o no) sufren este tipo de síntomas, también los estudiantes y especialmente los niños. Ellos/as han disfrutado de casi 3 meses de no tener que ir a clase, poder jugar con los amigos, ir de vacaciones a la playa, a la piscina, etc. Todo esto ha alterado considerablemente sus rutinas durante el curso. Normalmente se levantarán y se acostarán más tarde, no tienen el mismo nivel de carga académica (incluso aunque hagan cuadernillos de verano) y los horarios de comidas tampoco son los mismos. Por esto, la «vuelta al cole» para ellos/as también es difícil (y para los padres que tienen que volver a establecer las rutinas de sus hijos/as).
Otro aspecto del que se habla en estas fechas son las rupturas de pareja, que aumentan al finalizar el verano. Pero, ¿tiene algo que ver con este «síndrome postvacacional»? ¿Qué puede provocar un mayor número de rupturas de pareja en esta época? Lo cierto es que los síntomas que asociamos al «síndrome postvacacional» no son lo que provocan las rupturas. Normalmente esta situación viene dada porque la pareja tiene previamente una serie de problemas que no ha abordado (problemas de comunicación, de convivencia, etc.), y que, durante el verano, que disponemos de más tiempo para compartirlo con nuestra pareja salen a la luz. Habitualmente durante el resto del año los horarios en los que coincide una pareja son más reducidos, y por lo tanto podemos pasar por alto problemas que durante unas vacaciones, en las que estamos las 24 horas de día juntos o al menos el número de horas aumenta significativamente, esos problemas parecen hacerse más grandes, simplemente por hacerse evidentes. Por ello, es importante cuidar de nuestra relación durante todo el año, hablar sobre los problemas para intentar encontrar una solución antes de que se agrave, ser flexibles en cuanto a lo que pedimos y ser generosos en cuanto a lo que damos.
Por último y para finalizar con este tema, queremos daros unos pequeños consejos que os permitan no padecer estos síntomas, o como mínimo, que os afecten lo menos posible.
Lo ideal para abordar esta situación es retomar las rutinas de forma gradual; unos días antes de volver a los horarios habituales hay que ir modificando los que tenemos durante el verano. Si cada día nos acostamos y levantamos antes, y vamos aproximando nuestros horarios de comidas y actividades a los que tenemos durante el período normal, nos resultará más fácil. Esto se aplica también a los niños, lo mejor es ir poco a poco ajustando los horarios a los que tendrán durante el periodo escolar para que cuando vuelvan al colegio no les resulte tan difícil. Otro punto importante es seguir realizando actividades de ocio, aunque dispongamos de menos tiempo para ello, el tiempo que dedicamos a nosotros mismos, a las personas que son importantes para nosotros y a nuestras aficiones es importante para nuestra salud. Además, si repartimos nuestras vacaciones a lo largo del año, aunque en periodos más cortos, nos servirá de respiro y no nos complicará tanto la vuelta a la rutina.
Por último y como pauta general de salud, es importante dormir las horas necesarias (aproximadamente 8 horas), comer regularmente y de forma equilibrada y hacer deporte. El descanso es importante aunque el número de personas puede variar de unas a otras; en cuanto a la comida, no deberíamos saltarnos ninguna comida ya que puede afectar a nuestro rendimiento (no solo laboral) y a cómo nos sentimos (cansancio, apatía). Y respecto al deporte, no es necesario hacer ejercicio de forma muy exigente, principalmente cuando no estamos acostumbrados; pasear durante una hora a buen ritmo, andar en bici, ir a correr o hacer algún tipo de baile o deporte concreto nos puede ayudar a sentirnos mejor.
Todo esto es lo que resume este tema del «síndrome postvacacional», esperamos que os haya resultado interesante y útil para esta vuelta a la rutina y al cole de los más pequeños.