
Esta madrugada se cambia la hora; a las 3 serán las dos por lo que tendremos una hora más para dormir. Viéndolo así parece algo muy positivo y aunque a nivel energético nos pueda ahorrar dinero, los primeros días son difíciles.
Con este cambio de hora amanece más temprano pero también anochece antes. En primer lugar, supone un cambio en la rutina, ya que durante 7 meses hemos estado haciendo nuestras actividades a unas horas concretas, que a partir de mañana será como si las hiciéramos antes. Esto hace que nuestro cuerpo tiene que habituarse a un nuevo horario como cuando cambian nuestros horarios en el trabajo, o en el caso de muchos estudiantes cuando comienza el curso.
Además de adaptarnos a un «nuevo» horario, hay menos horas de luz y a media tarde ya esta oscureciendo, esto afecta a muchas personas de forma negativa. Como ya explicamos en un artículo previo sobre la «síndrome postvacacional» esto se debe a que el tiempo empeora, llueve más hace frío y oscurece antes, nuestro ánimo se vuelve gris igual que el tiempo y los días. Así que el cambio de hora nos enfrenta a dos problemas; por un lado al «nuevo» horario y por otro a la reducción de las horas de luz.
Nosotros os recomendamos que estos próximos días mantengáis vuestras actividades al mismo nivel que hasta ahora, y si tenéis muchos ratos en los que no hacéis nada buscad alguna actividad que os resulte gratificante para mantener un nivel de activación adecuado. Nuestro cuerpo y nuestra mente tardarán unos días en encontrarse al 100% pero si estamos activos el cambio será más llevadero.
Hay muchas actividades interesantes que podemos realizar en función de nuestros gustos, y si tenéis hijos puede ser divertido preparar una fiesta de Halloween, creando vosotros mismos los adornos, decorando la casa, etc. Buscad algo divertido que os mantenga activos, no os quedéis delante de la televisión viendo pasar las horas.