
Hoy quiero hablaros de un tema que creo que es muy importante: la violencia. El significado de esta palabra es básicamente el mismo en todas las culturas, ahora bien, cada cultura incluye dentro de éste término unos actos determinados. Además, éstos actos pueden variar a lo largo del tiempo dentro de una misma cultura.
Normalmente parte de los actos violentos quedan reflejados en castigos por parte de la legislación del país. De este modo, los más graves quedan claros para toda la sociedad. Sin embargo, y a pesar de que cada vez somos más conscientes de qué es violencia y qué no, hay muchos actos que pasan desapercibidos y que se interpretan como normales cuando en realidad se está usando la violencia en ellos.
Dentro de estos actos podemos encontrar los primeros «problemas» en una relación en la que se da violencia de género, y que no por ser más sutiles son menos dañinos, también situaciones que podemos ver en el acoso escolar o laboral como el menosprecio del trabajo de uno o el ignorar a la persona; incluso en las relaciones normales entre familiares, amigos y pareja podemos encontrar momentos de violencia cuando estamos enfadados y nos enfrentamos verbalmente al otro.
Todo esto son actos violentos pero no a todos les damos la misma importancia, y creo que es importante que nos paremos a reflexionar si la forma en la que nos dirigimos a los demás es la más adecuada. Pienso, y por lo que he visto hasta ahora creo que así es, que un acto violento en un momento puntual puede servirnos para lograr lo que queremos, pero a largo plazo o bien las personas se alejarán de nosotros por ser violentos o bien acabaremos por no conseguir nada a través de ella. Por todo esto, creo que deberíamos re-educarnos y aprender a dirigirnos a los demás de una forma más adecuada, más asertiva.
Si os interesa leer sobre este tema y los estilos de comunicación creo que os podría resultar muy interesante el libro «Ratones, dragones y seres humanos auténticos», en el que se aclara mucho la forma adecuada de comunicarnos con los demás.