
Hoy quiero hablaros de la indefensión aprendida, que consiste en que una persona toma una actitud pasiva ante situaciones desagradables. Esto aparece debido a que esa persona ha «aprendido» a través de una serie de situaciones a que no puede controlar la situación por lo que decide no hacer nada. Tiene que ver con el locus de control y con la percepción.
El locus de control es a quién atribuimos los hechos que suceden en nuestra vida y quién tiene el poder cambiar una situación determinada. Si el locus de control es interno pensamos que nosotros somos los que manejamos la situación, y por tanto si ésta es negativa para nosotros podemos hacer algo para cambiarla. Sin embargo, si el locus de control es externo, percibimos las situaciones como incontrolables y que son otros los que las pueden cambiar mientras nosotros estamos a su merced.
Por ello, las personas que tienen un locus de control externo tienen mayor probabilidad de experimentar la indefensión aprendida, ya que perciben que no son ellos quienes pueden dirigir sus propias vidas. Aunque también se puede desarrollar a través de una serie de experiencias negativas concretas que no hemos podido controlar (o que percibimos que no podíamos controlar).
Este tipo de conducta lo podemos ver en el acoso escolar, la violencia de género o el mobbing. Está muy relacionada con la autoestima ya que las personas con baja autoestima, al tener una opinión sobre sí mismos más negativa tienden a atribuir el control a fuentes externas en vez de considerar que son ellos quienes pueden manejar su situación.
Es muy complicado una vez que se ha adoptado esta forma de pensar (este locus de control externo), volver a percibir que somos nosotros quienes tenemos el control de nuestra vida. Sin embargo, trabajando sobre el autoestima y mejorándola se puede conseguir poco a poco cambiarlo.
Más adelante escribiré algunos post sobre el autoestima, cómo mejorarla y algunos aspectos de nuestras vidas sobre los que influye de manera importante. Así, que intentad valoraros más y tomad el mando de vuestras vidas, porque podéis.