
Hoy día 10 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental y quiero aprovechar para recordaros la importancia de encontrarnos bien psicológicamente. La salud mental no tiene que ver únicamente con padecer alguna enfermedad mental, como puede ser la esquizofrenia, el alzheimer o la depresión; sino el propio bienestar psicológico.
A veces, podemos no encontrarnos del todo bien, porque estamos estresados, estamos pasando por una situación complicada (en el ámbito familiar, personal o laboral) o porque no terminamos de estar a gusto con algún aspecto nuestro y nos genera angustia. Todo este tipo de situaciones no pueden catalogarse de enfermedades o trastornos ya que bien por la duración o por los síntomas que presentan no pueden encuadrarse en ningún diagnóstico. Sin embargo, eso no significa que no se le deba buscar una solución, ya que cualquiera de estas situaciones si se prolonga en el tiempo, nos puede llevar a padecer una enfermedad.
Por todo esto, me gustaría poner en valor el trabajo que realizamos los psicólogos. A veces, no nos planteamos que nuestra salud mental influye en nuestra salud física, y esta influencia puede ser positiva o negativa. La salud física es algo que tenemos claro que es importante y sabemos que cuando algo no va como debería debemos acudir a un profesional para solucionarlo. En cambio, la salud mental, quizás por no tener siempre un origen tan claro y tangible, a veces se menosprecia y se le quita importancia a los problemas que puedan estar relacionados con ella.
Así que me gustaría animaros a que si estáis en una situación difícil a la que no encontréis una solución o no sepáis cómo afrontarla, o si sentís algún tipo de malestar emocional, e incluso si queréis mejorar algún aspecto de vuestra vida, os pongáis en contacto con un psicólogo y consultéis por vuestra situación. Aunque os recomiendo que antes leáis la pequeña guía que escribí para cuando alguien se plantea acudir a terapia.